Había una vez un hermoso príncipe que le preguntó a la bella Princesa:
- ¿Quieres casarte conmigo?
Y ella le respondió:
- ¡¡¡…NO!!!
Y el príncipe vivió feliz por muchos muchos años yendo a pescar, a cazar y a boludear todos los días con sus amigos.
Tomaba mucha cerveza, vino y champaña. Se ponía en pedo cuantas veces quería, jugaba al golf y comía caviar porque la guita le alcanzaba para eso y mucho más. Dejaba el saco tirado en la silla del comedor y tenia sexo con mujeres de la noche y vecinas y amigas. No podía ser cornudo, no tenía que competir con vecinos y amigos por el mejor auto, el mejor lugar de vacaciones, etc. Se tiraba pedos a mansalva y meaba la tabla del baño con la puerta abierta, cagaba leyendo sin límite de tiempo y cantaba eructando y se recontra-rascaba bien los huevos. Veía fútbol hasta de Malasia todo el fin de semana… y NO LE ROMPÍAN LAS PELOTAS!
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