En fin, a lo que vamos: hay gente a la que eso de ponerse lentillas de colores les parece poco. Como a Erick Klarenbeek, que ha decidido que lo que mejor le sienta a los ojos son las joyas.
Así ha pillado por banda unas lentillas y les ha colocado un cordel del que cuelgan diversas cuentas a modo de lágrimas que “iluminan la mirada”. No niego que puede ser algo innovador pero… ¿Qué pasa cuando a quien lo use le dé por pestañear?
Aunque, hay que reconocer que algo bueno tiene: cuando quieras quitarte las lentillas no tendrás que meter el dedo, sencillamente tirando del cordel valdrá. Digo yo.
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